Reforma y diseño de interiores en Zaragoza
Diseñar no es solo resolver un espacio, sino imaginar una forma de habitar. Este proyecto nace del diálogo entre lo existente y lo necesario, entre lo que permanece y lo que se adapta. En un ático pequeño y alargado, con materiales que hablan de otro tiempo, se proyecta un nuevo modo de vivir: abierto, funcional y lleno de matices. Una vivienda pensada para quien trabaja desde cualquier parte, pero necesita un lugar donde quedarse.
Cliente: Privado
Superficie: 88.59 m2
Estado: Finalizado
Cronología: 2024
Localización: Zaragoza, España
Tipo de obra: Reforma y diseño de interiores
El proyecto propone una distribución en la que las distintas zonas —salón, zona de trabajo, cocina, baño y dormitorio— se conectan de forma fluida, sin recurrir a tabiques cerrados que fragmenten el espacio. Desde el salón se alcanza visualmente la zona de descanso, lo que permite que la luz y la amplitud se mantengan constantes. A pesar de esta apertura, se conservan los grados de privacidad necesarios mediante recursos como la orientación del mobiliario, la disposición de los elementos estructurales y una secuencia espacial bien articulada.
La intervención se apoya en una selección cuidadosa de materiales preexistentes que se revalorizan dentro del nuevo diseño. La baldosa hidráulica original, presente en la zona del salón y en el umbral hacia la cocina, aporta un carácter gráfico y nostálgico al recorrido. Las columnas de ladrillo visto, que emergen al retirar los revestimientos, dotan de personalidad y ritmo al espacio. Y en el centro del conjunto, una chimenea original se mantiene como elemento estructurador: organiza las funciones, separando visualmente el salón del área de trabajo sin levantar barreras físicas.
Este espacio ha sido pensado para un joven nómada digital, alguien que necesita un entorno que le permita trabajar desde casa sin perder la dimensión afectiva y habitable del hogar. La vivienda ofrece áreas de trabajo bien integradas, visualmente diferenciadas pero no aisladas, con buena iluminación natural y una atmósfera que combina la calidez de los materiales con la racionalidad del diseño. Este proyecto no es solo un ejercicio de interiorismo, sino una respuesta a nuevas formas de habitar que exigen flexibilidad, funcionalidad y belleza en equilibrio.
Este proyecto demuestra que, incluso en espacios reducidos y con geometrías desafiantes, el diseño arquitectónico puede ser una herramienta transformadora. A través de un enfoque riguroso, que respeta y pone en valor los materiales originales, y mediante decisiones espaciales ajustadas a la escala real de la vivienda, se ha creado un hogar con identidad propia. Una vivienda que no renuncia a su historia, pero que proyecta una nueva forma de habitar, donde cada elemento —desde una viga descubierta hasta una pared pintada— participa en la construcción de una experiencia vital única.
Dibujo realizado por Irene Beltrán Monclús, Arquitecto junior de Cronotopos Arquitectura